Lámpara de jardín
Yaku Mallki nace desde mis raíces argentinas y mi conexión profunda con la tierra, el mar y la lengua quichua. Su nombre, que significa raíz del agua, honra no solo el origen de nuestras piezas, sino también una forma de ver el mundo: con respeto por lo natural, lo ancestral y lo hecho a mano.
Este proyecto es un puente entre lo salvaje y lo artesanal. Cada lámpara que creamos comienza su historia en el mar: troncos arrastrados por las olas, marcados por el viento y el tiempo, que recuperamos y transformamos sin borrar su memoria.
Nuestros artesanos acompañan la forma de cada madera, resaltan su textura, sus grietas, sus cicatrices. No se trata de imponer, sino de revelar. El resultado: piezas únicas que iluminan los espacios más íntimos con calidez, carácter y alma.
Yaku Mallki no es solo una tienda. Es una manera de reconectar con la tierra, de honrar el lenguaje de nuestras raíces y de convertir lo natural en poesía luminosa.
